JESÚS
MULTIPLICA LOS PECES Y LOS PANES
-“Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los
ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los
pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se
saciaron. Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de
los peces. Y los que comieron eran cinco mil hombres”, Mr. 6:41-44.
-Es
necesario reconocer que Dios es nuestro proveedor. Jesús recibió lo que los
discípulos habían encontrado (cinco panes y dos peces), y “miró al cielo” señal
de reconocimiento, de dependencia, de adoración. El salmista lo dijo así: “¿De
dónde vendrá mi socorro? Mi socorro de Jehová que hizo los cielos y la tierra”
(Sal. 121:2). Cuando nuestros ojos están en él, nunca seremos
decepcionados.
-El Señor Jesús “bendijo” los cinco panes y los dos peces, o como dice en otras versiones: “dio gracias a Dios”. La ingratitud nos aleja de la bendición divina, por ej: Israel por el desierto continuamente se quejó y murmuró (se quejaron por el camino que les había tocado, por la provisión del maná, por la escasez de agua, por los enemigos encontrados en el desierto, por el líder que Dios había puesto, etc).
-Aquí vemos a nuestro Maestro, a Jesús, dando
gracias (aunque en primera instancia no era suficiente para todos, aunque pudo
haber dicho a sus discípulos: “esperaba algo más”, no se quejó sino
que dio gracias…). Recordemos que la misma Escritura nos aconseja: “Entrad por
sus puertas con acción de gracias”.
-El Señor Jesús “bendijo” los cinco panes y los dos peces, o como dice en otras versiones: “dio gracias a Dios”. La ingratitud nos aleja de la bendición divina, por ej: Israel por el desierto continuamente se quejó y murmuró (se quejaron por el camino que les había tocado, por la provisión del maná, por la escasez de agua, por los enemigos encontrados en el desierto, por el líder que Dios había puesto, etc).
-Aprendemos
aquí que los milagros están precedidos de la gratitud. Sí el quejarse,
murmurar, preocuparse, o angustiarse, solucionara los problemas no habría
dificultades en el mundo. Al observar la Escritura, vemos que Dios nos enseña a
ser agradecidos en todas las circunstancias, aún en las difíciles, pues esto
nos ayuda a tener una perspectiva diferente: veremos los problemas como una
oportunidad para crecer, para conocer más a Dios, para avanzar hacia el
propósito divino… Miles de personas aquel día fueron testigos de uno de los más
grandes milagros en el ministerio terrenal de Jesús, pues se alimentaron 5.000
varones sin contar mujeres y niños, habían seguido y buscado a Jesús, y él no
los decepcionó.
Reflexión final:
Concluimos que nuestro corazón debe ser agradecido con Dios en todo momento, y más
bien debemos caminar con él para ver su obra poderosa, pues quienes le
siguieron a éste lugar de Galilea fueron testigos y bendecidos por los milagros
y las palabras de vida del Señor Jesús. Amenn